CUENTOS DE PAZ
- Laury Criado Cañizares
- 8 sept 2017
- 1 Min. de lectura
LAS CICATRICES DE LA VIOLENCIA
Lucía era una niña de 8 años que vivía en una ciudad, no muy grande siempre escuchaba de sus padres y abuelos relatos de la vida del campo, le gustaba escucharlos y quería que regresaran para vivir de manera más tranquila y contemplar los hermosos paisajes.
Por decisión de su abuela regresaron a una vereda cercana llamada Barbatusca.
Allí fue entendiendo la importancia de la gente campesina, la tranquilidad que brinda la naturaleza y la emoción de contar y escuchar historias en la noche.
Todo era felicidad y paz. No existía el ruido de los carros, la contaminación y la vida acelerada de la gente.
Años después llego la violencia a su vereda, ellos no podían vivir felices y tranquilos por tanto desastre, una noche fría y oscura llego un grupo armado a su vivienda, los amenazaron con matar a un integrante de la familia y como no obedecieron lastimosamente mataron a su padre. Ella y sus demás familiares quedaron traumatizados, unos días después tomaron la gran decisión de marcharse nuevamente a la ciudad dejando todo atrás, tratando de recuperar todo, aunque tanta violencia en especial la muerte de su padre dejo tantas cicatrices incurables.

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